La Fe sin obras es muerta

Serie:
“¡Anímate!; lo mejor está por llegar”
Sangolquí, 24 de enero del 2010
Tema:
“La fe sin obras es muerta”
Pastor Donald García y Pastora Anny de García
Deuteronomio 15:11
“Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en la tierra.”
Aun cuando la palabra SOLIDARIDAD no aparece literalmente en la Biblia, es fácil notar que el concepto está implícito a lo largo y ancho de las Sagradas Escrituras.
Solidaridad es ayudar y poner nuestras capacidades al servicio de los demás. La finalidad sólo puede ser el ser humano necesitado. Solidaridad es la cualidad de continuar unido con otros, sobre todo, en tiempos difíciles.
La Biblia enseña en cuanto a la solidaridad:
1. Que el Señor no nos invita a ser solidarios unos con otros, Él nos ordena que lo seamos. El mandato del Señor es que nuestra mano permanezca abierta ante la necesidad de nuestro hermano, del pobre y del menesteroso
2. El hecho de ser solidario con los demás debería ser algo cotidiano en nuestras vidas, siempre lo llevamos a la práctica.
3. La espiritualidad que carece de solidaridad es simplemente RELIGIOSIDAD carente de valor, de sentido y sin trascendencia (Isaías 58:5)
4. La Verdadera espiritualidad, la que de Dios, es la que impulsa al ser humano a darse a sí mismo en beneficio de los demás (Isaías 58:6-11), la espiritualidad que a Dios le agrada, no es la que busca satisfacer nuestras necesidades, sino la que trata de satisfacer las necesidades de los demás. Como el Dr. Yattenciy Bonilla dice: “la sacrificialidad, aquella que busca desacomodarnos para acomodar a otros”.
5. Dios no pasa por alto la indiferencia del ser humano hacia sus semejantes (Lucas 16:19-25) Dios no juzgó al rico por ser rico. Lo Juzgó por ser indiferente ante la necesidad de su prójimo.
6. Seamos solidarios con aquellos que no pueden serlo con nosotros (Lucas 14:12-14). La madre Teresa de Calcuta decía: “En los pobres nosotros tocamos el cuerpo de Cristo. Es a Cristo desnudo al que vestimos. A Cristo desalojado a quién ofrecemos cobijo… Cristo tiene hambre en nuestros pobres. Pero también los ricos tienen hambre de ser amados, de tener a alguien a quien sentir cercano”.
7. Ningún acto de misericordia y solidaridad queda sin recompensa (Probervios 19:17; Abdías 1:15)
CONCLUSIÓN
Ama hasta que te duela, si te duele es una buena señal.
Da hasta que te duela y cuando duela da más.
Porque cada obra de amor llevada a cabo con todo el corazón
siempre logrará acercar a la gente a Dios
(Madre Teresa de Calcuta)