Predicas y Cultos en VIVO los Domingos

domingo, 10 de enero de 2010

Cuando creer se no hace imposible

Serie:
¡Anímate!; lo mejor está por llegar
Sangolquí, 10 de enero del 2010
Tema:
Cuando creer se no hace imposible
Pastor Donald García
2 Corintios 1:17-20
Qué lindo es escuchar las promesas de Dios y palabras de motivación al inicio de un nuevo año, tal y como lo refleja esta nueva serie: ¡Animo! Lo mejor está por llegar. Pero que irreales y vacías suenan cuando estamos pasando un momento sumamente difícil, en el que sentimos que las fuerzas ya no nos dan, que ya nada tiene sentido. En esos momentos cuando empezamos a entrar a depresión, ¡Es cuando creer se nos hace imposible!
En esos instantes, es cuando dejamos ver las cosas buenas a nuestro alrededor y empezamos a percibir solamente las cosas negativas. Es allí cuando pensamos que Dios no nos escucha, y que a nadie le importamos. Por gusto es esforzarnos en esto o aquello, si de todos modos nada cambiará.
Así como muchos de nosotros nos hemos sentido alguna vez, también algunos grandes héroes de fe se sintieron… víctimas de la depresión, desanimados, con momentos de dejar todo a un lado, y hasta sin ganas de seguir viviendo.
Veamos unos ejemplos:
1. El profeta Elías, después de alcanzar grandes victorias y ver como la mano de Dios estaba sobre él (1Reyes 18:46), cae en una profunda depresión, a tal punto de desear la misma muerte (1Reyes 19:1-6) Pero Elías no fue el único, también.
2. Job sufrió una terrible depresión
Job era muy rico y, no obstante, piadoso y temeroso de Dios. Aunque sea difícil y raro, así era. El relato de la piedad y prosperidad de Job antecede a la historia de sus grandes aflicciones, mostrando de esta forma que no puede confiar ni en las posesiones, ni en la riqueza cuando nos toca pasar por el valle de sombra y de muerte (Job 3:1-4; 3:20-26)
3. Y qué decir del profeta Jeremías
Jeremías se acostumbró a quejarse una y otra vez delante de Dios, a tal grado que esto se volvió un estilo de vida. Por eso en forma de broma el profeta Jeremías es conocido como el profeta llorón. Hasta existe un canto en la escuela dominical que muchos hemos escuchado sobre el profeta Jeremías. “Esta es la historia del profeta Jeremías un hombre bueno pero requeté llorón, lloraba así…” Jeremías se acostumbro tanto a poner su mirada en las cosas negativas, que llego el momento en que cayó en una depresión tal, que hasta maldijo el día en que nació. (Jeremias 20:14-18)
¿Qué hacer en esos momentos de angustia, cuando estamos sumamente deprimidos? ¿Cómo salir adelante cuando sentimos que nuestras fuerzas no dan más? ¿Cuándo hemos intentado una y otra vez y todo sigue igual? ¿Qué hacer cuando estamos a punto de entrar en depresión?
CONSEJOS PARA NO ENTRAR EN DEPRESIÓN
a. Aprende a aceptarse tal y como usted es.
b. Saque el temor de su vida y aprenda a confiar y depender totalmente de Dios (1 Juan 4:18)
c. Trate de vivir en paz en medio de cualquier cosa que suceda a nuestro alrededor (Job 3:26, Filipenses 4:7)
d. No viva del pasado, disfrute el presente y siempre proyéctese para un mejor futuro (Isaías 43:18-19)
e. Aprenda a perdonar y quite todo rencor de su vida. El rencor lo único que produce es desánimo, dolor, angustia y problemas. Y si queremos el favor de Dios y no tener estorbo a nuestras oraciones debemos perdonar (Marcos 11:25)
f. No viva temiendo a la muerte, viva confiando en la vida eterna (Juan 5:24)
g. Trate de vivir con alegría y felicidad cada instante de su vida. Viva cada día como si fuera el último de ellos. (1 Tesalonicenses 5:16)
h. Pida ayuda; en primer lugar a Dios, después a personas de su confianza y especialistas en el tema.
CONCLUSIÓN
Recuerde que nunca está sólo, siempre hay personas que se interesan en usted a su alrededor y sobre todo recuerde que Dios nunca se olvida de usted (Isaías 49:14-15). Nunca olvide que la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta (Romanos 12:2b). y que los planes de Dios para usted son de paz y no de mal (Jeremías 29:11). Por esta razón, en medio de las circunstancias más difíciles en las que se pueda encontrar, este segur@, que puede confiadamente creer que lo mejor está por llegar. Y no tenga ninguna duda para recibir cada promesa de Dios, en el SI y en el AMÉM de Dios (ASI SEA).

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