Predicas y Cultos en VIVO los Domingos

domingo, 26 de diciembre de 2010

FELIZ NAVIDAD


FELICES FIESTAS

El equipo pastoral de Capilla del Valle agradece a Dios por toda su bendición y provisión.
También expresa su deseo de propsperidad y felicidad para toda la congregación.
Que en esta navidad, celebremos con alegría a Jesucristo, el REY nacido,que renovemos nuestro compromiso de seguir su ejemplo de vida y que mostremos amor en cada cosa que hacemos.
Que el nuevo año sea un timepo de VICTORIA. Vivamos cada minuto bajo el poder del Espíritu Santo y recibamos su bendición.
Será un año con nuevos desafíos y mayores triunfos. Que la paz y el amor de Dios esté con todos

domingo, 24 de octubre de 2010

¿DÓNDE ESTÁ VUESTRO TESORO?

Tema:

¿DÓNDE ESTÁ VUESTRO TESORO?

Sangolquí, 15 de mayo del 2011

Mateo 6:19-21


 

Nuestras decisiones, motivaciones y acciones son la evidencia externa de los intereses y las pasiones que hay en nuestro corazón. Es más, "de la abundancia del corazón habla la boca" (Mateo 12:34).


 

1. Nuestro corazón debe ser agradecido. "Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos" (Colosenses 3:15)


 

2. El agradecimiento es una actitud y hay que expresarla. Ser agradecido no es una escogencia para el Cristiano. Si fuera imposible de hacerlo, Dios no nos hubiera dicho que lo hiciéramos. "Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús dando gracias a Dios Padre por medio de él" (Colosenses 3:17)


 

3. Cuando la razón y el entendimiento vienen a la persona, ellos también adorarán y agradecerán a Dios. Cualquiera en su sano juicio lo hará. "…arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias…" (Colosenses 2:7)


 

4. Dios siempre da la bienvenida en Su presencia una persona agradecida. "Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento" (2 Corintios 2:14)


 

5. La Palabra de Dios ordena que los Cristianos deben ser agradecidos. "Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios con alabanza" (Salmos 100:4)


 

6. La historia de un hombre agradecido: "Melquisedec,
rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo" (Génesis 14:17-20)

7. En muestra de gratitud, en las ceremonias delante del Señor, "ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; cada uno con la ofrenda de su mano, conforme a la bendición que Jehová tu Dios te hubiere dado" (Deuteronomio 16:16-17)

¿Cómo se supone que debemos expresar nuestra gratitud al Señor? (Veamos Salmos 103:1-5). El Salmo 100 también describe cómo debe ser nuestra actitud al presentarnos delante del Señor. La adoración él exige entrega total de todo los que somos y lo que tenemos. Es nuestra adoración y nuestra forma de expresar nuestra gratitud. El está por encima de todas personas y las cosas de este mundo. ¡El se merece toda la gloria!

martes, 19 de octubre de 2010

CUANDO NOS VISITA EL DOLOR

CUANDO NOS VISITA EL DOLOR

Sangolquí, 17 de octubre de 2010

Ptra. Luz Myriam Álvarez

Cuando nos visita el gigante del dolor, sentimos que nos oprime, nos aplasta y amenaza con destruirnos y pedimos justicia y llegamos hasta pensar que no hay justicia y el único que tiene la última palabra es Dios.

ROMANOS 8:35-39 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 37 Antes, en todas estas cosas somos MÁS QUE VENCEDORES por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

Pensemos por un momento sobre la serie de pérdidas que acumulamos en el transcurso de la vida. Hay pérdidas devastadoras que incluyen, la muerte de un madre o un padre, la muerte de un hijo, el fallecimiento prematuro de una esposa, una enfermedad crónica, discapacidad, divorcio, violación abuso emocional o sexual, un cáncer terminal, la infertilidad, la destrucción del sueño de una vida, un suicidio o alguien que amamos o nos asociamos y nos traiciona.

A veces nuestro sentido de pérdida viene de eventos catastróficos que ocurren cerca de nosotros. El 30 de septiembre Ecuador vivió un evento doloroso, momentos de incertidumbre, angustia, temor cuyo saldo fue la paralización del país, la división y enfrentamiento entre dos entidades que han caminado juntas para dar seguridad al país ejército y policía, pérdidas de vida de gente inocente, familias en duelo, heridos que nunca se recuperarán. Pérdidas materiales irrecuperables. La comunidad experimentó entera sufrió un trauma cotidiano.

El dolor como un gigante ha visitado a Chile, en dos desastres naturales, primero un terremoto dejando mucho dolor a su paso y nuevamente lo hace con el derrumbe de la mina de San José, donde quedaron sepultados 33 mineros, permaneciendo 70 días enterrados a casi 700 metros de profundidad, pero esta vez dejando un sabor a victoria en el rescate denominado Operación San Lorenzo.

Cada uno de esos 33 mineros vivían diferentes circunstancias, pero les alcanzó el mismo dolor. Algunos como a Jonny Barrios de 50 años, quién trabajó en la mina en 1985 y volvió después de la última reapertura, no le tocaba trabajar, había terminado su turno, pero uno de los jefes ofreció hacer un turno doble y él aceptó sin imaginarse lo que le esperaba.

La visita del dolor a nuestras vidas podríamos dividirla en tres etapas:

1. PRIMERA ETAPA: IMPACTO DEL DOLOR

Las compañías de seguros se refieren a los huracanes, terremotos y otros desastres naturales como “actos de Dios” Ese es uno de los casos en que se usa el nombre de Dios en vano. Un terremoto que mata miles de víctimas inocentes sin motivo alguno no puede ser un acto de Dios. Es un acto de la naturaleza. La naturaleza no tiene valores. Simplemente se mueve, siguiendo sus propias leyes, sin importarle quién o qué se interponga en su camino. Dios no es moralmente ciego, Dios representa la justicia, la equidad, la compasión. El verdadero acto de Dios es el valor de la gente que reconstruye su vida después del terremoto y la respuesta de los demás para ayudarlos con los medios que tienen a su alcance.

Cuando nos visita el dolor, la primera reacción es espiritualizar la situación y controlarla. Dónde estaba Dios? No se puede creer que Dios haya deseado que la gente falleciera en la catástrofe o que deseaba que algunos de ellos murieran y no tuvo más remedio que condenar a los demás también. Comienza una gran tensión, que produce ansiedad, expectativa, miedo, pánico, duda, perdemos el control de la situación y nuestras emociones comienzan a fluctuar, lo que llevará a tener roces con las personas más allegadas, incluso por cosas insignificantes, llegando incluso a deteriorarse las relaciones afectivas.

El libro escrito por el rabí Harold Kushner “Cuando la gente buena sufre”, relata el momento en que a su hijo de tres años le diagnosticaron “progeria”, envejecimiento acelerado”, no alcanzaría una altura muy superior a los noventa centímetros, no tendría cabellos ni en la cabeza ni en el cuerpo, su cara sería la de un ancianito aún siendo niño, y moriría al comienzo de su adolescencia. ¿Cómo manejaría una noticia como esa? Era un rabino joven y sin experiencia, no estaba familiarizado con el proceso de la pena, y lo que sintió ese día, continua, fue una profunda y dolorosa sensación de injusticia, como era posible que Dios le hiciera eso?

Las leyes de la naturaleza no hacen excepciones con la gente buena. Una bala no tiene conciencia; tampoco la tiene un tumor maligno o un automóvil fuera de control. Esa es la razón por la cual la gente buena se enferma y lastima como todos los demás. A pesar de las historias bíblicas acerca de Daniel o Jonás, Dios no interfiere con las leyes de la naturaleza para proteger a los justos del mal. Esa es un área de nuestro mundo que hace que le sucedan cosas malas a la gente buena y mala y no es Dios quién las causa.

¿Sería éste un mundo mejor si algunas personas fueran inmunes a las leyes de la naturaleza porque Dios las favorece, mientras el resto cuida de sí mismo?

No sabemos por qué una persona enferma y otra no, pero podemos suponer que se debe a la acción de algunas leyes naturales que no comprendemos y no podemos creer que Dios le “envía” una enfermedad a una persona determinada por un motivo específico. Diez mineros estaban enfermos y a pesar de tener todas las circunstancias en contra durante 70 días, ninguno murió.

No tenemos un Dios que tenga que distribuir una cuota semanal de tumores malignos, y consulta a su computadora para averiguar quién se merece uno o quién podría soportarlo mejor. “Qué hice para merecer esto? Es un lamento comprensible cuando proviene de una persona enferma y sufriente pero, en realidad, no es la pregunta correcta. Estar enfermo o gozar de buena salud no es cuestión de lo que Dios decide que nos merecemos. Sería mejor preguntarnos: “Si esto me pasó a mí, qué hago ahora, y quién puede ayudarme?

Preguntamos por qué debe sufrir una persona buena o mala, por qué debe sentir dolor, por qué muere? ¿Si Dios diseñó un mundo para nuestro máximo beneficio, por qué no pudo crear leyes de la naturaleza que no nos causaran ningún daño a nosotros, tanto a los buenos como a los malos?

El dolor es una parte desagradable pero necesaria de estar vivo. El dolor es el precio que pagamos por estar vivos. Los atletas que se obligaron a ignorar el dolor y tomaron drogas para calmarlo terminaron sus carreras prematuramente incluso quedaron discapacitados en forma permanente.

Quizá el dolor nos recuerda las palmadas que nos dieron nuestros padres cuando éramos niños y era significado de castigo. Esto tal vez hace que pensemos que todas las cosas desagradables que nos suceden son un castigo. Pero el dolor no significa que Dios nos está castigando. Es el modo en que la naturaleza advierte a la gente buena y mala por igual que algo está mal. Las calamidades son actos de la naturaleza y no existe una razón moral para considerar que se trató de un castigo.

Nuestra pregunta no debe ser ¿Por qué tenemos que sentir dolor? Sino qué hacemos con nuestro dolor para que se convierta en un sufrimiento significativo y no en un sufrimiento sin sentido y vacío. Cómo podemos convertir todas las experiencias dolorosas de nuestra vida en dolores de parto o en dolores de crecimiento? Es probable que jamás lleguemos a comprender por qué sufrimos, que jamás podamos controlar las fuerza que causan nuestro sufrimiento, pero podemos llegar a decir mucho acerca de lo que nos hace el sufrimiento, y la clase de personas en las que nos convertimos debido a él. El dolor convierte a algunas personas en seres envidiosos y amargados. Hace que otras sean sensibles y compasivas. Es el resultado, y no la causa, del dolor es lo que hace que ciertas experiencias dolorosas sean significativas y otras vacías y destructivas.

Lo único que podemos decirle a alguien que ha perdido a un padre, esposa o un hijo en un momento como ese, es que la vulnerabilidad frente a la muerte es una de las condiciones de la vida. No podemos explicarla, controlarla, y algunas veces, ni siquiera posponerla. Lo único que podemos preguntarnos es: ¿Qué haré ahora que pasó?

Bajo la tragedia, las personas están tratando de aferrarse a su autoestima, lo último que necesitan es que le digamos que estaban haciendo mal, minimizar su tragedia o criticarle acerca del modo en que expresa su dolor es como cubrir de sal una herida abierta.

SEGUNDA ETAPA: EL CONFUSO INTERMEDIO

Tiempo de desorientación, temporadas de agravios, sufrimiento y disociación, es cuando se llega al fondo y nos preguntamos qué sucede. Este es el confuso intermedio, cuando muy a menudo, sentimos dudas, resentimiento, soledad y desesperación, estamos confundidos, enojados, heridos o desilusionados con Dios.

Casi siempre los sobrevivientes tienden a sentirse culpables porque conservan la vida y en cambio el ser querido ha muerto. Se sienten culpables cuando piensan en las palabras amables que jamás le dijeron y las cosas buenas que nunca tuvieron tiempo de hacer por esa persona.

En la operación San Lorenzo se suscitaron situaciones en las que estaban envueltas las relaciones interpersonales y que son obvias cuando nos visita el dolor:

1. Competencia negativa entre rescatistas, gobierno y los medios de comunicación, buscando el protagonismo, ocasionando frustración en todos los grupos que estaban involucrados en las labores.

2. Fricciones entre los que llegaron primero y el avasallador grupo experto en rescates.

3. Tensión de los atrapados, los voluntarios, los dueños de la mina y familiares en los momentos de desesperanza.

4. Críticas y murmuración hacia los que dirigían la operación.

A veces nos rebelamos durante el confuso intermedio en lugar de aceptar el período de espera en que nos encontramos. La tentación de huir de Dios, de renunciar, o de desesperarse es mayor cuando parece que Dios está ausente. La buena noticia es que aún entonces Dios nos encontrará y se reunirá con nosotros.

Alguien que fue abusado sexualmente siendo un pequeño niño o niña, se va a sentir incómodo con su sexualidad y la sexualidad de otros, puede estar consciente de su abuso pero no lo entierra, no tiene que recordarlo porque siempre está ahí. Esta persona no puede confiar en Dios, lo siente distante porque se puede preguntar como Dios la menospreció en esas noches de muerte y abuso y no se movió para protegerle, el hueco dejado en su alma nunca desaparecerá porque murió algo en manos del abusador y que no podrá recuperar.

Por definición una pérdida catastrófica imposibilita la recuperación. Nos transformará o nos destruirá, pero nunca nos dejará iguales. No hay regreso al pasado. Las pérdidas pueden también engrandecernos. Uno conoce el dolor de otros sufriendo su propio dolor, haciéndolo parte de uno mismo, encontrando su propia alma… aunque dolorosa, la pena es buena para el alma… El alma es elástica, como un globo. Puede agrandarse a través del sufrimiento. El dolor es norma de la vida, no la excepción.

Me hago una pregunta: ¿Hemos aprendido como iglesia la importancia de afligirnos por una pérdida y cómo integrarla a la adoración a Dios? No queremos predicar sobre la aflicción o el lamento porque creemos que siempre debemos llevar un mensaje motivador. ¿Por qué el rey David obliga a la gente a detenerse y prestar atención? No hay mucho por hacer frente a nosotros para tener que detenernos?

David entiende lo indispensable que es el dolor para la madurez espiritual. David sabe que profundizamos cuando dedicamos tiempo a lamentar nuestras pérdidas antes de seguir adelante. Sabe lo importante que es para la gente mantenerse conectada con la realidad y no huir del dolor. Por eso debemos leer frecuentemente el libro de Salmos porque a través de ellos podemos identificarnos y tomar las promesas de esperanza.

En las iglesias tendemos a minimizan los fracasos y desengaños. El resultado es que hoy existe una extendida incapacidad para enfrentar el dolor. Esto ha llevado a una absoluta sensación de superficialidad y a una profunda falta de compasión.

Cuando las personas dejan nuestra iglesia porque mueren, porque enferman, porque se resienten, porque se trasladan, es importante hacer una pausa y lamentar la pérdida, es hacer acto de presencia con la persona y sus allegados, empezando por nosotros como pastores pero no solo nosotros sino toda nuestra comunidad de fe. el sábado en el velorio de Cristina, sentía un dolor profundo, una joven, esposa, madre partió con el Señor, fue parte de nosotros, fue una dulce ujier, no debimos acaso todo el equipo de ujieres hacernos presentes con nuestro uniforme, con nuestra presencia y decirle a sus seres queridos aquí estamos, la amábamos, la vamos a extrañar. Nos está faltando como iglesia, como familia de Dios ser sensibles y acompañar a cada hermano que les ha visitado el dolor? Y lo digo con dolor, empezando por mi misma y pido perdón a cada persona, en la que no estuve presente como hubieran querido acompañándoles en su dolor. Pero también tenemos muchas personas sensibles al dolor como Carlos Marín y Jorge Andrade

Jesús definió el proceso de crecimiento con estas palabras: “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto Juan 12:24 Jesús caracteriza la vida cristiana como un morir, de forma que una nueva puerta pueda abrirse a una vida completamente nueva.

Cuando nos visita el dolor, no queremos sufrir y huimos queriendo enterrarlo en alguna forma o anestesiarnos con conductas adictivas. la televisión, el alcohol, internet, Facebook, ir de compras, parrandas, trabajo, aventuras sexuales, apegos insanos en las relaciones, aún dormir, cualquier cosa a fin de mitigar el dolor de la vida.

Los pastores no estamos exentos, aletargamos los dolores de la vida convirtiéndonos en adictos al desarrollo de su iglesia? ¿Cuántas mujeres se enterrarán a sí mismas dedicándose al cuidado de los hijos como una manera de no mirar con sinceridad otras áreas quebrantadas de sus vidas? ¿Cuántos hombres entregan la energía de su vida a tener éxito en sus profesiones mientras fallan miserablemente en el hogar?

También, cuando nos visita el dolor surge espontáneamente el resentimiento y es necesario aprender, que perdonar no es un proceso rápido. No creo que sea posible perdonar de verdad a otra persona con todo el corazón hasta que nos permitamos sentir el dolor de lo que se ha perdido. La gente que dice que se trata simplemente de un acto de voluntad no entiende la aflicción. El proceso de perdonar siempre conlleva aflicción antes de conformarse, sea usted la persona que concede el perdón o el que lo solicita.

Comprender que es necesario asumir primero el dolor de forma que pueda perdonar con madurez y no superficialmente. Comprender que perdonar es una jornada y mientras más profunda la herida, más larga la jornada. Comprender que perdonar de corazón es muy, muy difícil, que a veces hace falta un milagro de Dios. Negar la dolorosa y horrible realidad de lo que ha ocurrido aflora en un creciente resentimiento hacia Dios, hacia la familia, hacia la iglesia.

No iniciaremos acciones curativas contra un dolor injusto hasta que asumamos el dolor que queremos sanar. No es suficiente sentir el dolor. Necesitamos apropiarnos del dolor que sentimos: Seamos conscientes de ello, enfrentémoslo como algo propio. Los que perdonan rápidamente, tienden a perdonar enseguida a fin de evitar el dolor.

TERCERA ETAPA: PERMITIR QUE DE LO VIEJO NAZCA LO NUEVO

El tema del dolor es real y crudo, pero es aquí donde el Padre de todos se revela a través de su amorosa palabra:

ROMANOS 8:35-39 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?

Para cualquier persona que tenga clavado el dolor en su corazón por más doloroso o desalentado que esté, este poderoso pasaje ofrece las seguridades del amor de Cristo, presente en cada momento de la vida del creyente. Este pasaje no se refiere precisamente sobre ¿Quién nos impedirá amar a Cristo? Sino del amor incondicional de Cristo por nosotros. Es muy importante que creamos que ninguna de esas cosas, ni todas ellas en conjunto por más terribles que sean para nosotros, son señales de la ira de Dios, ni son motivo alguno para dudar de su amor. Ningún poder hostil ni evento concebible nos podrá arrancar de los brazos de su eterno amor.

En las familias o iglesias emocionalmente sanas, las personas aceptan las penas como una forma de parecerse más a Dios. Comprenden que un componente crítico del crecimiento es afligirnos por nuestras pérdidas. Por qué? Es el único camino para llegar acercarnos al corazón de Cristo, es la única manera para llegar a ser una persona compasiva como Él. Nuestras pérdidas moldean nuestras relaciones y nuestro liderazgo. Dios busca engrandecer nuestra alma y hacernos madurar, mientras nosotros buscamos ponerle fin rápidamente a nuestro dolor. Él gana y todos ganamos.

Cuando nos visita el dolor, es una oportunidad para un cambio, una transformación. Cuando el dolor nos visita nunca volveremos a ser las mismas personas. Lo positivo del derrumbe de la mina en Chile fue:

1. los organizadores dieron a este lugar en el momento más sombrío el nombre al campamento “La Esperanza” y en medio de la tragedia nació la hijita de uno de los mineros y le llamaron Esperanza.

2. Aquellos humildes pero heróicos mineros supieron armar una verdadera nación con unidad férrea, límites, leyes, reglamentos, rutina, y mantener una extrema vigilancia para no bajar la guardia.

3. Se organizaron por grupos destacándose los fuertes, los hábiles y los enfermos.

4. Los mineros cristianos sostuvieron la parte espiritual que tenía la fuerza y el poder de Dios y la cobertura de oración de sus iglesias.

5. Aprecio y respeto hacia la medicina no moderna.

6. Unidad de países para una misma causa humanitaria.

7. Los mineros chilenos crearon entre ellos vínculos que ya no puedan romper, la tragedia les unió.

Johnny fue un elemento clave que encajó en la operación rescate, conocido por sus compañeros como el “doctor” por sus conocimientos sobre primeros auxilios, adquiridos, óiganlo bien, cuando el dolor visitó a su madre con la enfermedad de la diabetes, y siendo pequeño le ayudaba en el cuidado propio de esta enfermedad. Él fue el encargado de colocar inyecciones, redactar los informes médicos de sus compañeros y dárselos al equipo de rescate.

Pero también como en tantos casos que ocurren a diario, a través de las tragedias, salió a la luz su doble vida marital y el mundo se enteró de que aparte de su esposa con 28 años de casados, tenía otra mujer.

Llamo la atención de este hombre en particular, porque cuando el dolor nos visita, surgen talentos y dones que quizá estaban muy escondidos y también empieza la etapa de “purificación” o santificación en nuestras vidas. Él tendrá que restaurar su vida marital.

Alguna gente acepta el sufrimiento más fácilmente que otra. A nadie nos gusta sufrir. De hecho, tendemos a evitar el sufrimiento. Pero los abrumadores beneficios deben alentarnos a tomar el viejo sendero de los grandes santos antiguos. Sorprendentes desplazamientos y cambios internos tienen lugar en nosotros cuando bajamos por este extraño sendero hacia el duelo. Se hace aparente por qué Jesús enseñó, Bienaventurados lo que lloran, porque ellos recibirán consolación. Mateo 5:4

Nuevos nacimientos interiores, o cambios, que resultan del sufrimiento incluyen:

-Nos volvemos mucho más flexibles en relación con las intenciones de Dios para nuestras vidas. Nos caracteriza una mayor humildad y vulnerabilidad.

-Colocamos a Dios en el centro de nuestras vidas y comenzamos a rechazar las metas superficiales y triviales.

Imagine a Jesús, el “varón de dolores” en Isaias 53:3, en las siguientes situaciones:

-En la tumba de Lázaro, que si Jesús no hubiera llorado (Juan 11:35) sino dicho en su lugar: Andando, todo el mundo! Por favor, dejen de lamentarse. Conténganse. Yo me ocuparé de esto”.

-Qué si su reacción por Jerusalén hubiera sido como esta: “Quise reunirlos como una gallina reúne sus pollitos, pero ustedes tomaron su decisión, se volvieron contra Dios. Eso está muy mal. Sigo adelante sin ustedes.

-O, cuando Jesús estaba en la cruz, si en lugar de clamar:”Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has desamparado? Le hubiera gritado a la multitud: ¡Dios es grande! Él saldrá victorioso! Alabadle. En la escritura, la respuesta agradable a Dios no es darle largas ni encubrir. Se nos muestra y enseña a tratar sinceramente y en oración nuestras pérdidas y desengaños, nuestro dolor (grande o pequeño y todas las otras confusas emociones que los acompañan). La escritura nos manda a prestar atención. Afligirse es indispensable para una espiritualidad real.

Si, el ser humano experimenta la injusticia del dolor, pero Dios está latente en el corazón de cada persona a través del amor.

domingo, 10 de octubre de 2010

SOMOS UNA FAMILIA

SOMOS UNA FAMILIA
Sangolquí, 10 de octubre de 2010
Ptr. Miguel Álvarez
1. La iglesia es una comunidad de fe. Creyentes en Cristo que se unen bajo el liderazgo de un Pastor, quien a su vez esta bajo autoridad.
• La comunidad de creyentes se congregan para celebrar un servicio de adoración a Cristo Jesús.
• También se reúne en grupos pequeños para compartir la fe y la Palabra, para fortalecer a los nuevos convertidos y ministrar a las necesidades de los miembros.
2. La última generación del siglo XX creció sin el amor del Padre.
• Su orfandad les llevo a negar la autoridad de Dios y el respeto por la comunidad de fe
• Su adoración reflejaba un desequilibrio que conducía a la rebelión y a la falta de sumisión a los valores morales
• El analfabetismo bíblico de esa generación es sufrido por la presente generación
3. El amor de Padre se experimenta con toda su intensidad en el seno de la iglesia.
• La iglesia es una comunidad de fe que integra a todos sus miembros y estos reciben seguridad y protección espiritual
• También es una familia que da cobertura y satisface las necesidades emocionales, sentimentales y particulares de sus miembros
• Los creyentes se cuidan y se aman unos a otros
4. La experiencia de la iglesia Toronto fue una demostración del Amor del Padre, al hacer sentir su amor a la comunidad de fe que lo había recibido.
• Suavizó la dureza de los corazones individualistas y los tornó en instrumentos de amor
• El mundo entero escuchó el amor de Dios por toda la humanidad
5. Sin embargo, la nueva generación ha re-descubierto la dimensión horizontal del amor de Dios- una experiencia de comunión y compañerismo en la fe.
• Somos una familia que adora junta y crece en las beatitudes conferidas por el Padre a su pueblo
• Somos una comunidad que se expande en todos los ámbitos socioculturales de nuestro mundo
• Pablo le dijo al carcelero de Filipos:”Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa”. (Hechos 16:31)
6. La fe cristiana no se puede entender sin la comunión entre hermanos y hermanos que comparten la misma fe.

domingo, 3 de octubre de 2010

Misión Consistencia

Octubre 3 del 2010
Misión Consistencia
Ptr. Miguel Álvarez Josué 4:8-14

1.- El pueblo de Israel se había establecido en la tierra prometida.
• Habían logrado la comodidad y se habían enriquecido.
• Dios había cumplido sus promesas.
• La nación era poderosa y temida entre los pueblos vecinos.

2.- La comodidad sin espiritualidad fue una trampa que el pueblo enfrentó.
• Se desarrolló la codicia y la explotación entre hermanos.
• La espiritualidad del pueblo cayó.
• Pronto los enemigos vecinos se fortalecieron y comenzaron a atacar.

3.- Sin embargo una de las consecuencias del deterioro espiritual fue la religiosidad.
• Pronto se olvidaron de la experiencia redentora del éxodo.
• Las fiestas convocadas por Dios se tornaron en tradiciones fútiles.

4.- se olvidaron de adorar a Dios y agradecerle a Él por su cuidado.
• Descuidaron las necesidades de la casa de Dios.
• Se volvieron duros de corazón con sus ofrendas y diezmos a Dios.
• Pero Dios comulga con aquellos que dan aún más allá de sus fuerzas.

5.- la dureza del corazón del hombre desde el principio.
• Caín y Abel eran miembros de la iglesia.
• Ambos se presentaron delante de Dios con ofrendas.
• Caín era un hombre muy religioso, trajo una ofrenda a Dios.

6.- Abel trajo una ofrenda de lo mejor que tenía – de lo más gordo del rebaño.
• Dios se agradó de la ofrenda de Abel, no así a la de Caín.
• Abel le dio con todo su corazón una ofrenda que agradó a Dios.
• Caín fue negligente. Dio de lo que le sobraba. No adoró a Dios con su ofrenda.

7.- La verdadera adoración a Dios demanda diligencia y sacrificio.
• Dios se agrada de la generosidad de sus hijos.
• De aquellos que aman a su obra y la expanden como algo muy preciado.
• La adoración involucra a todo el individuo, con lo que es, lo que hace y lo que ofrece para Dios.

domingo, 12 de septiembre de 2010

Misión Expansión

Sangolquí, 26 de septiembre del 2010

Tema:

Misión Expansión

Ptr. Miguel Álvarez.

Josué 14:6-14

  1. La tierra de la llanura había sido conquistada y repartida
    1. Quedaba la tierra de la sierra por conquistar
    2. Allí habitaban los hijos de Anac: Era tierra de gigantes
  2. Caleb y los líderes de Judá vinieron a Josué
    1. Caleb recordó a Josué la promesa que Moisés le había hecho: "la tierra que holló tu pie será para ti, y para tus hijos en herencia perpetua, por cuanto cumpliste siguiendo a Jehová (14:9)
    2. Está bien recordarle a Dios las promesas que nos ha hecho
  3. Caleb: "Osado, impetuoso." Este compañero y amigo de Josué ciertamente era audaz.
    1. Un hombre de 85 años era capaz de conquistar la promesa de Dios Josué le bendijo (14:13)
    2. Esto es lo que hacen los amigos, animan y bendicen a sus compañeros.
    3. Josué no le desanimó con palabras negativas.
    4. No le informó sobre el costo. Ni el sacrificio de la misión.
  4. Caleb se organizó y conquistó la tierra.
    1. Tenía una fe tan potente que ni los gigantes imponentes lo amedrentaron.
    2. Los gigantes no pudieron con un hombre convencido de su misión.
    3. Es necesario que identifiquemos los gigantes que debemos vencer.
    4. La promesa no será nuestra a menos que derrotemos a nuestros gigantes.
  5. En las alturas conquistadas estaba la fortaleza de Sión
    1. En ese monte estaba la capital del pueblo de Dios
    2. La montaña era poseída por los enemigos de Dios
    3. Era necesario desalojarlos para establecer la ciudad de Dios
  6. Caleb tuvo un corazón íntegro porque obedeció al Espíritu de Dios. Nunca cambió de parecer
    1. A todos nos conviene seguir su ejemplo.
    2. Debemos desarrollar esa misma fe
    3. Sólo así podremos enfrentar los gigantes que tenemos por delante y reclamar la victoria que Dios ya nos ha dado.
  7. Confiar a Dios quiere decir más allá de lo que podemos, hacia loa que Dios ve.
    1. Dios quiere desarrollar en cada creyente un perfil de audacia para la expansión y crecimiento de su pueblo.

domingo, 8 de agosto de 2010

Nuevos desafíos Grandes Victorias

Hace cuatro años llegó el Dr. David Munguía a nuestra congregación para liderarnos como pastor principal, hoy participaremos de la entrega del pastorado principal al Dr. Miguel Álvarez.

Todos expresamos al Pastor David Munguía y su familia nuestro profundo agradecimiento por su vida compartida en Capilla del Valle, que Dios bendiga y prospere su nuevo ministerio como Supervisor de la Iglesia de Dios área hispana en California, Oregon y Washington.

Al pastor Miguel Álvarez y a su familia le damos la más afectuosa bienvenida, sabiendo que Dios le ha enviado para vivir en Capilla del Valle, Nuevos Desafíos y Grandes Victorias.