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domingo, 29 de noviembre de 2009

La recompensa de un soñador

Serie:

¡Atrévete a soñar!
Tema:

LA RECOMPENSA DE UN SOÑADOR

2 Reyes 19:19-20; 2 Reyes 2:7-10; Marcos 10:28-30

“Y vinieron cincuenta varones de los hijos de los profetas, y se pararon delante a lo lejos; y ellos dos se pararon junto al Jordán. Tomando entonces Elías su manto, lo dobló, y golpeó las aguas, las cuales se apartaron a uno y a otro lado, y pasaron ambos por lo seco. Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí. Él le dijo: Cosa difícil has pedido. Si me vieres cuando fuere quitado de ti, te será hecho así; más si no, no. (2 Reyes 2:7-10)


Eliseo corrió el riesgo de soñar en grande, Él se atrevió a soñar lo imposible.

Ya que la unción que Elías manifestó en su ministerio era tan poderosa que la Escritura narra que cuando él oraba a Dios, algo sobrenatural sucedía. Por mencionar algo del ministerio de Elías. En dos ocasiones descendió fuego del cielo (1 Reyes 1:10-12; 1 Reyes 18:36-38) y en otra ocasión oro para que no lloviera y la lluvia se detuvo por tres años y seis meses (Santiago 5:17).


Una unción sorprendente… pero que en ningún momento se convirtió en el límite de un soñador, que se atrevió a creer que había algo más. Por esa convicción anheló, pidió y perseveró hasta ver el doble de esa unción en su vida.

Eliseo recibió la recompensa de su sueño.
Vivió un ministerio que manifestó la doble porción del Espíritu de Elías. Esto lo notamos por el mismo testimonio de las Escrituras. El ministerio de Eliseo duró el doble que el de Elías (Eliseo 25 años y 13 Elías). También se registran el doble de milagros en Eliseo (14) con respecto a Elías (7). Fue tan grande la doble porción de unción en Eliseo, que aun muerto, sus huesos revivían a otros (2 Reyes 13:20-21).


Herman@s, amig@s, Dios recompensa de muchas formas nuestro sueño, Él nunca nos dejará avergonzados si nosotros nos atrevemos a soñar conforme a su voluntad.

Nuestro Dios, el creador de los sueños, sigue soñando con lo imposible (2 Pedro 3:9) que todos los seres humanos se arrepientan y vivan eternamente con Él. ¿Te quieres unir tú al sueño de Dios? No es tarea fácil, pero la recompensa es para esta vida y la venidera (Marcos 10:28-30)


I.Recompensa en esta vida.
A.De manera personal.
B.De manera familiar.
C.En nuestra descendencia.
D.En nuestra sociedad.

I.Recompensa en la vida futura.


Conclusión: Todos los que nos hemos subido a un avión, nos hemos subido en la recompensa del sueño de Orville y Wilbur Wright. Ellos soñaron lo imposible para su época, algunos se burlaron de ellos, otros los trataron de locos, pero unos pocos empezaron a soñar junto a ellos que el hombre podía conquistar el cielo y volar como las aves. Si hoy nosotros nos atrevemos a soñar con algo grande, tal vez algunos nos critiquen, tal vez otros se burlen, y sin duda alguna, no faltará quien nos trate de desanimar… pero si nosotros nos aferramos a ese sueño, perseveramos en medio de las dificultades y si con mucha fe nos esforzamos cada día por ver su cumplimiento, seguramente nosotros y nuestra descendencia veremos y disfrutaremos de la recompensa del soñador.

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